Que los más pequeños se inicien en los conceptos básicos de la programación por medio de juguetes amigables y sencillos es como poco, interesante.
Cubetto nació de una campaña en Kickstarter de la empresa PrimoToys. Es un juguete (robot) de madera que se emplea como herramienta educativa para enseñar a los niños el lenguaje de la programación de manera tangible, divertida e intuitiva. La idea de la programación sin pantalla hace aún más atractivo el proyecto. Los niños ayudarán a Cubetto a encontrar su camino a casa realizando sus primeros programas con coloridos bloques de codificación.
Algo que asombra, es que los niños podrán utilizarlo sin todavía saber leer, puesto que está al alcance de sus dedos con un lenguaje de programación sensorial y el idioma no supone una barrera.
Comenzar a indagar en la programación desde muy pequeños, implicará un aprendizaje rápido y mejor, otorgándoles una ventaja desde niños y un recurso esencial de cara al futuro.
El juego incluye un tablero de madera, unas fichas, un robot llamado Cubetto (de madera) y unos mapas.
Jugar con Cubetto es sencilo, los niños dispondrán de un mando de programación físico en forma de tablero y 16 bloques de colores para programar funciones como:
Con estas funciones los niños harán que el robot realice un recorrido en el mapa siguiendo el libro que incluye el juego. Rellenando las diferentes líneas y activando las secuencias se irán aprendiendo nociones básicas de código.
Cubetto introduce algunos conceptos de programación como “algoritmos”, “la cola de instrucciones”, “depuración” y “recursividad”. Al eliminar distracciones poco conocidas como las pantallas y los teclados, permite a los niños ejecutar sus primeros programas gracias al lenguaje de programación con fichas.
Otro dato interesante es que Cubetto no quedará obsoleto con los años ya que está creado a través de un lenguaje Arduino, lo que permite que se amplíen sus funciones.
No cabe duda que Cubetto es un juego atractivo tanto por su finalidad didáctica en la que los más pequeños aprenden la lógica de la programación, como su aspecto de madera que nos recuerda a los juegos clásicos con los que hemos crecido.
A demás, sin dejar de ser un juego, los niños aprenden a resolver todo tipo de problemas, grandes y pequeños, a probar cosas nuevas, romper las reglas y actuar sobre su entorno y a conseguir sus objetivos.
¡Los robots no cambian el mundo, la gente lo hace! (Kickstarter)