La inteligencia artificial se ha desarrollado fuertemente en los últimos años y lo que antes parecía algo muy lejano, ahora está mucho más cerca de nosotros. El propósito principal de los avances en esta materia se centra en la búsqueda de sistemas autoconscientes y capaces de actuar de un modo “humano”.
Estos sistemas son los denominados “Chatbots”: inteligencia artificial que puede interactuar con el usuario a través del teclado o por medio de una conversación hablada. Un chatbot es un programa de software que puede interactuar con un ser humano utilizando el lenguaje natural en una conversación. La idea en sí no es muy nueva y ya en la década de los 90 varios programas lograron alcanzar cierta fama en Internet, aunque su abanico de respuestas y preguntas era muy limitado, y a veces incluso cómico. El más conocido fue Alice, que todavía se puede encontrar en la Red.
El desarrollo de los chatbots tendrá impacto en muchos sectores, pero uno de los que más se verá afectado a medida que se extienda su uso será el de los centros de atención al cliente, con humanos detrás del teclado o el teléfono. App Annie (desarrollo analítico y datos de mercado) calcula que, para el año 2020, desaparecerán el 85% de estos centros, con el consiguiente ahorro para las empresas, aunque también dejará a cientos de miles de personas sin un puesto de trabajo. Toda esta gente tendrá que reinventarse y aportar el valor añadido y la creatividad que nos caracteriza como humanos y nos diferencia de los chatbots.
Las empresas son las más interesadas en conseguir que los chatbots se integren en los Call Centers y así reducir gastos reduciendo al personal y sustituirlos por estos robots “charlatanes”. De ahí que los analistas prevean que la industria de los chatbots duplique sus ingresos en los próximos cinco años.
Convivencia entre chatbots y humanos…
Pero lo cierto es que los chatbots no son siempre lo que parecen y aunque algunos pueden ser muy sofisticados, hasta el punto de que los usuarios no se den cuenta de que están hablando con una máquina, la mayoría están basados en una serie de preguntas y respuestas básicas según el tipo de negocio. Por tanto, muchos de los chatbots dependen de un ser humano para terminar de dar un servicio y solucionar las cuestiones del cliente. Otros programas de software sí pueden aprender y refinar el servicio que prestan aunque siguen necesitando supervisión humana, sobre todo si surge algún imprevisto.
Es evidente que los tiempos cambian y la tecnología sigue avanzando a la velocidad de la luz, sorprendiéndonos cada día con nuevos sistemas que incorporan mejoras, gracias a la inteligencia artificial y al big data.
¡Chatbots personalizados para el hogar!
Tan solo hace una semana, Amazon presentó su propio chatbot llamado Alexa que se trata de un asistente personal controlado por voz y que todos podrán comprar en su web y personalizarlo a gusto del consumidor. La intención de este tipo de tecnología es revolucionar la forma que tienen los humanos para relacionarse con las máquinas. Lo más sorprendente es que Alexa es un sistema que funciona a través de un producto físico llamado Echo, una especie de altavoz que tiene respuesta para todas aquellas preguntas que diariamente realizamos en buscadores como Google. Por tanto, no deja de ser un buscador en el cual no es necesario escribir, tan solo con preguntar Alexa le responderá rápidamente a todas sus dudas.
El mundo crece día a día y la tecnología está cada vez más presente en nuestros quehaceres más comunes. Su integración en nuestras vidas está siendo imparable y demostraciones como Alexa evidencian la velocidad con que la tecnología se desarrolla. La ciencia ficción es ya una realidad.